Había una vez un erizo adicto a los besos y al café. De poco le servían sus feroces púas ante el hipnótico olor de la cafeína.. ni ante la idea de tener un par de suaves y dulces besos entre sus patas.
Estamos llenos de las cosas que nos ha dado el pasado, de lo que nos enseña el presente y de lo que le pedimos como regalo al futuro. Yo sigo buscando.
martes, 13 de octubre de 2015
viernes, 9 de octubre de 2015
Nos abrió la puerta con una sonrisa y pude ver las paredes llenas de historias. Me parecieron un poco tristes, pero como no entiendo mucho su idioma no me hice mucho caso... los colores eran palabras, la luz, signos de admiración, los escenarios, frases... Eran fotografías que se leen de golpe, y de golpe entraron y se quedaron en mi cabeza esperando que les encontrara un final bonito. No se si sabré...
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