jueves, 16 de junio de 2016

Ana se lee igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. Sencilla como la vida. Lleva dos vocales abiertas como su corazón y una consonante en forma de puente con las que nos une alrededor suyo.
Es como un mimo de mamá de los que todo lo curan. Como el solecito de última hora de la tarde calentándote los pies. Como la sonrisa del conductor del bus cuando te espera a que llegues corriendo hasta la parada. Como esa mirada después de cada primer beso. Como ver el viento levantando un montón de hojas. Como oler un recuerdo de hace mucho tiempo. Es como una varita mágica que sin nisiquiera acercarse te salva... Imagínate cuando te roza...

lunes, 6 de junio de 2016

Deberían juzgarles severamente y aplicarles un correctivo ejemplar. Pero ningún Código Penal, ni Civil, ningún Real Decreto Legislativo, ni ninguna Directiva de carácter internacional persigue la falta de actitud ante la vida. Y vivir de esa manera, amargado y amargando, debería ser considerado un crimen contra la humanidad. 
Les pondría a todos a recoger confeti después de las fiestas de cumpleaños. A ver si se les contagia alguna sonrisa mientras barren.