En mi familia nadie ha padecido del corazón. Cada uno con más de una historia detrás, siempre buscando lo que ya tenían, todos escapistas, pero problema de corazón, ninguno.
Ni cuando se los comió el cráter de un volcán, o cuando sentían las balas de sus hermanos atravesarlos, ni al ver aproximarse la venganza por desamor, ni al avanzar a estrellarse con la avioneta de correos. De corazón, nadie.
Hasta que apareciste tú y me llenaste de taquicardias invisibles que sólo siento yo y que a nadie puedo contarle.
Estamos llenos de las cosas que nos ha dado el pasado, de lo que nos enseña el presente y de lo que le pedimos como regalo al futuro. Yo sigo buscando.
lunes, 25 de noviembre de 2013
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Cuando era pequeña a veces trataba de dejar la mente en blanco como si meditara; y miraba un punto fijamente en la pared.
Las paredes con las que yo vivía tenían todas gotelé, y nadie podría dejar la mente en blanco mirando una pared tan ocupada. Animales que comen verduras que se abalanzan sobre una casa que se escapa en un río que nace en la boca de un gnomo que tiene una sartén por sombrero que lo lleva atado con una cuerda de la que cuelga la cabeza de un pez espada. Cualquier cosa menos dejar la mente en blanco.
En una esquina, cerca del suelo, detrás de la puerta del salón, había varias caras de gente malísima que siempre hacían unas muecas horribles. Por eso detrás de la puerta del salón no me sentaba mucho; pero debajo de la ventana del comedor había un corral con tres corderos y un árbol gigantesco que me encantaba.
Me he mudado muchas veces. Siempre busco gotelé en las paredes para poder dormir bien.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
París está preocupado. Intenta apagar las luces pero cientos de vocecitas que se llaman entre ellas le impiden dormirse. Lleva así desde que empezó el invierno. Durante el día el ruido de la ciudad las acalla. Una tarde, durante una huelga de transporte escucha atentamente a las voces que vienen de todas las calles a la vez.
Seguirá sin poder dormir, pero por lo menos ya sabe que los guantes perdidos por los turistas se cuentan sus historias entre ellos y se sienten menos solos.
Seguirá sin poder dormir, pero por lo menos ya sabe que los guantes perdidos por los turistas se cuentan sus historias entre ellos y se sienten menos solos.
lunes, 11 de noviembre de 2013
viernes, 8 de noviembre de 2013
viernes, 1 de noviembre de 2013
He oído un ruido justo detrás de mi, en la ventana. Pero allí no hay nada o eso creo. Acabo de mirar. Incluso he dejado un cuenco de leche junto a los geranios como todo los días para la sombra del gato que nos observa desde el tejado, pero nunca se la toma. Entonces me llega un whatsapp de un contacto que no tengo: "Hoy tampoco se la va a tomar. Marramiau es un robot; déjale 3 en 1".
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