miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cuando era pequeña a veces trataba de dejar la mente en blanco como si meditara; y miraba un punto fijamente en la pared.
Las paredes con las que yo vivía tenían todas gotelé, y nadie podría dejar la mente en blanco mirando una pared tan ocupada.  Animales que comen verduras que se abalanzan sobre una casa que se escapa en un río que nace en la boca de un gnomo que tiene una sartén por sombrero que lo lleva atado con una cuerda de la que cuelga la cabeza de un pez espada. Cualquier cosa menos dejar la mente en blanco.
En una esquina, cerca del suelo, detrás de la puerta del salón, había varias caras de gente malísima que siempre hacían unas muecas horribles. Por eso detrás de la puerta del salón no me sentaba mucho; pero debajo de la ventana del comedor había un corral con tres corderos y un árbol gigantesco que me encantaba.
Me he mudado muchas veces. Siempre busco gotelé en las paredes para poder dormir bien.

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