Hacia tu destino (versión 2)
En aquél paraje aislado parecía no existir vida ni color, pero sólo porque no habías mirado bien a tu alrededor. Como en el bosque, el primer rayo de luz de la mañana avanzó ocupando lo que poco antes ocupaba la angustia y el silencio.
El viento acalló primero el miedo de estar solo, y abrió paso a la esperanza de la que habías huido pensando que podría lastimarte.
A cada paso, te crecías, a cada paso, inspirabas. La paz te empezó a llenar por completo. La vida, ésta vez, te rodeaba y sonreía. Su nombre: el tuyo. Igual que tu destino.
Me gustó estar aquí para verlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario