miércoles, 16 de abril de 2014

Seleccionó cuidadosamente cada verdura. Le pidió permiso al calabacín para trocearlo. Presentó educadamente a las zanahorias y a las patatas. Y cuando todo estaba preparado en el plato junto a un alegre chorro de aceite de oliva el pececito asomó su boquita por encima del agua, y guiñando un ojo por debajo gritó: "mucho mejor que la sopa de tortuga!"  Y mucho más bajito añadió: " de tortuga duende"

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